Pues, resulta que todavía sigo siendo humano, y resulta que todavía duele, y dolerá, no se hasta cuando, pero duele y estoy vivo, el maelström está dentro y gira y es un remolino de dolor, de terror, de coraje, de alegría, de melancolía optimista y de tantas sensaciones que se vuelven blancas de estar combinadas, y llega el momento en el que todo se convierte en nada, y ahí en medio de toda esa nada estoy yo, yo, siendo nada, siendo todo, sintiendo todo... y me da gusto saber que sigues aquí.
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